“Bendito sea el Señor, porque oyó la voz de mi plegaria”
Is 42, 1-4. 6-7 (o bien Hech 10, 34-38); Sal 28; Mc 1, 7-11.
El día de hoy el profeta Isaías nos presenta en su cántico las características del siervo de Yahvé. Al leerlo no podemos evitar pensar en la persona de Jesús y su envío y misión por parte de Dios Padre.
La plegaria del justo en el salmo nos invita a dirigir nuestros ojos hacia Dios en los momentos difíciles, sin olvidar ofrecer también gloria y agradecimiento a Dios por las gracias recibidas.
La liturgia del día de hoy nos señala la fiesta del Bautismo del Señor, misma que recordamos el sábado anterior, sin embargo, podemos profundizar desde la profecía de Isaías sobre la misión de “salvador”, que Jesús interiorizó desde pequeño y pudo reconocer en ella su propia vocación y misión.
“El Bautismo es el más bello y magnífico de los dones de Dios… lo llamamos don, gracia, unción, iluminación, vestidura de incorruptibilidad, baño de regeneración, sello y todo lo más precioso que hay”.
Ayúdanos, Señor a saber leer las Escrituras para poder escuchar lo que Dios quiere decirnos, descubrir nuestra propia misión y responder como Jesús con oración y con acción.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Norma Leticia Cortés Cázares, Medalla Milagrosa de Monterrey.
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