“Vengan y vean”

1 Jn 3, 7-10; Sal 97; Jn 1, 35-42.

Las palabras justicia, amor, rectitud, lealtad siguen resonando en las lecturas de este día. En su primera carta, San Juan nos habla muy fuerte, nos dice que en la práctica de estas virtudes daremos a conocer que somos hijos de Dios y que quien no practica la justicia y el amor es del diablo, ¡sí, del diablo!, quien es pecador desde el principio. Sin embargo, él no tiene poder sobre los hijos de Dios, a menos que uno decida permitirle entrar en nuestra mente y en nuestro corazón, dejando de realizar las obras que vienen de Dios.

Algunas personas preguntan: ¿En verdad existe el diablo? Hoy la Palabra de Dios responde de forma clara: los hijos de Dios y los del diablo se reconocen en que los primeros practican la justicia y aman a sus hermanos.

Para no ir tan lejos, el mismo Jesús fue tentado por el demonio, al que vence con oración, ayuno y la Sagrada Escritura.

Hasta el día de hoy ¿he portado las armas de la oración, el ayuno y conocimiento de la Palabra de Dios en mi vida? Si no es así, no debe extrañarnos caer con facilidad en las tentaciones. El diablo no pierde oportunidad de incitarnos al mal.

Señor no nos dejes caer en la tentación.

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Norma Leticia Cortés Cázares, Medalla Milagrosa de Monterrey.