Una de las tradiciones que más se ha mantenido a través de los años es la del nacimiento navideño, también conocido como pesebres, portal o belenes, nos muestra como Jesús llego al mundo, sin nada, como un bebe bien pobre y nacido en una gruta en Belén, pero rodeado de bendiciones desde el primer instante.
De acuerdo con la historia, la representación se dio origen en el invierno de 1223, a Giovanni Bernadone (1182-1226) mejor conocido como San Francisco de Asís se le ocurrió una forma de representar la llegada de Jesús cuando se encontraba en Greccio, una localidad cercana a la ciudad de Rieti en Italia. San Francisco ayudado por clérigos locales, construyo una casa de paja con un portal y un pesebre cerca de la capilla, para que los habitantes de la localidad que se ofrecieran, participaran en una representación en vivo del nacimiento de Jesús, en la cual, con personas y animales reales, la finalidad era mostrar a todos la humildad del entorno en el que nació nuestro redentor. El papa Honorio III aprobó esta idea y ante la gran respuesta de su congregación, la popularidad fue creciendo año con año.
Así fue como la tradición de los nacimientos vivientes se fue expandiendo por toda Europa y siguió por años hasta que en el siglo XV, la ciudad de Nápoles en Italia, se realizo el primer nacimiento hecho con figuras de barro. Después de que los nacimientos de barro reemplazaran a los vivientes por toda Europa, los frailes españoles llevaron esta tradición al Nuevo Mundo para evangelizar a las poblaciones indígenas.
Con el paso de los siglos, los nacimientos han abierto una puerta creativa entre los fieles. Muchos añaden pastores o crean una villa entera alrededor del pesebre. En México, algunas personas incluyen personajes que representan indígenas o profesiones modernas, como un cartero, mientras que en algunos lugares de América del Sur se incluyen plantas endémicas de cada región. En Cuba yo recuerdo que en muchas casas se representaba el nacimiento con figuras locales como un “bohío” o guajiros trabajando en la caña, personas ordeñando las vacas etc. Viene a mi memoria, según mi madre, lo más importante era visitar los monumentos en las iglesias, aunque era pequeño mi madre me hacia visitar por lo menos siete monumentos, a pie, por todo el pueblo. Los cubanos, al lado del arbolito siempre había un nacimiento, grande o pequeño de acuerdo a los recursos monetarios de cada familia.
La Navidad en el mundo hispano-parlante es un elemento muy importante, tener un nacimiento, por ello al lado del arbolito siempre encontraras un nacimiento, recuerdo en una visita a una casa muy pobre que los niños habían pintado un nacimiento y lo habían puesto cerca de un árbol que no era un pino, pero estaba adornado con luces y alguna que otra bola, algunos vicentinos de buen corazón, les compraron estos elementos de Navidad y no solo eso los ayudaron a montarlo y dirigir los rezos al final.
Lectores: Siempre he creído que el arbolito es importante, pero para mí, es el nacimiento y mientras más pobre más bello, porque nuestro redentor nació en la pobreza extrema, faltándole todo, a nuestro Rey de Reyes, para enseñarnos que los lujos extremos, no conducen hacia EL, la humildad, caridad y misericordia si nos llevara a sus brazos en el fin de nuestra vida.
Víctor Martell
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