“Has sido fiel en lo poco, te pongo al frente de lo importante”
2 Mac 7, 1. 20-31; Sal 16; Lc 19, 11-28.
En esta parábola Jesús hace alusión al tiempo que va a transcurrir antes de la segunda venida. Durante ese tiempo cada uno de nosotros tenemos encomendada una misión, por tanto, esa espera no será pasiva, sino activa.
Hemos recibido dones y talentos, que nos han sido dados no para resguardarlos en un cajón, o para beneficio propio, sino para ponerlos al servicio de los demás, principalmente de los más pobres y necesitados, para así colaborar en nuestra vida diaria, en la construcción del Reino de los cielos, ya desde el aquí y el ahora.
Se nos invita a ser fieles a la confianza depositada en nosotros, para poder responder como los dos primeros sirvientes de este pasaje, que al volver el rey le entregaron el doble de lo que habían recibido. A ellos su amo decidió darles aún más de lo que ya habían conseguido.
San Vicente de Paul decía: “Si usted se entrega generosamente a Dios, Él se entregará también a usted y le colmará de sus gracias y de mayores bendiciones” (ES VII, 254).
Si hoy Abbá Dios me llamara a su presencia, ¿qué cuentas podría entregarle? ¿Dupliqué, derroché o solo guardé los dones recibidos?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Raquel Estrada Díaz, laica colaboradora de la parroquia de La Medalla Milagrosa de Puebla, México.
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