“Invitados a ceder el lugar…”
Rom 11, 1-2. 11-12- 25-29; Sal 93; Lc 14, 1. 7-11.
Cuántas veces nos hemos sentido tentados a estar en primera fila, en primera plana, en primera nota… y no precisamente como cuando vamos a una obra de teatro o a un concierto. En este tipo de espectáculos generalmente buscamos estar hasta adelante, ya sea para apreciar mejor la actuación de los personajes o para deleitarnos con las expresiones corporales de los artistas al interpretar una pieza musical.
Sin embargo, en la vida cotidiana, la mayoría de las veces el buscar los primeros sitios muestra cierto aire de vanidad, de presunción. Queremos ser vistos, tomados en cuenta, que los reflectores se enfoquen en nuestra persona o nuestro nombre. En ocasiones creemos que “nos hemos ganado un lugar”, ya sea en la familia, en el círculo de las amistades, en el vecindario, en la oficina o en la comunidad parroquial, y no estamos dispuestos a perderlo.
La invitación de Jesús es totalmente distinta: “Quien quiera ser el primero, que sea el último y el servidor de todos; porque quien se engrandece será humillado y quien se humilla será engrandecido”.
¿Qué lugar estoy dispuesto a ceder hoy?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Raquel Estrada Díaz, laica colaboradora de la parroquia de La Medalla Milagrosa de Puebla, México.
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