“El mensaje del Señor resuena en toda la tierra”
Ef 2, 19-22; Sal 18; Lc 6, 12-19.
Dijo San Vicente de Paul: “Hay que rezar mucho, dada nuestra insuficiencia; ofrecer para ello durante este tiempo nuestras comuniones, mortificaciones y todas nuestras oraciones y plegarias. Ésas deben ser las armas de los misioneros.” (SVP XI, 207).
Hoy celebramos a dos apóstoles y quiero destacar dos cosas:
Por un lado, aquella noche que Jesús pasó rezando por aquellos a los que habría de elegir. Sí, una noche entera. ¿Cuántas noches Jesús habrá pasado rezando por mí? Porque en la Iglesia todos somos apóstoles (no hay jugadores y espectadores; todos “jugamos” el partido con Jesucristo). Y tú ¿cuánto tiempo le dedicas a la oración buscando fortaleza para ser apóstol?
Por otro lado, impresiona ver en el mismo grupo de los elegidos a un “partidario” del imperio romano –Mateo– y, a la vez, a un “contrario” al dominio romano –Simón–. Dios llama a todos. Y “todos” significa TODOS. ¡Dios es así!
“Que Simón y Judas Tadeo nos ayuden a vivir incansablemente la belleza de la fe cristiana y a testimoniarla con valentía” (Benedicto XVI).
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Arturo García Fonseca C.M.
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