“Señor, que todos tus fieles te bendigan”
2 Tim 4, 9-17; Sal 144; Lc 10, 1-9.
Dijo San Vicente de Paul: “¿Qué pasaría de nosotros si todo (en las misiones) nos saliese bien? ¿Y cómo vamos a aprender, con toda nuestra miseria, que siempre haya éxito? No tenemos por qué asustarnos cuando alguno se resista a nuestras pobres palabras. Si Dios se contenta con nuestra buena voluntad y con nuestros esfuerzos, contentémonos también nosotros con nuestros resultados.” (SVP III, 183).
Hoy le agradecemos a San Lucas un gran invento: Su Evangelio y los Hechos de los Apóstoles. ¡Pues ahí están los escritos! Se han extendido por todo el mundo, incluso hasta allá donde los apóstoles han tardado más en llegar. Lucas tenía muy buena formación: era médico. Para redactar sus escritos, como buen científico, primero investigó, se informó. Veintiún siglos después no ha habido escritos más reproducidos que el Nuevo Testamento.
Por si fuera poco, ahora tenemos internet: la Palabra de Dios viaja a todos lados casi a la velocidad de la luz. ¡Si San Lucas hubiera tenido internet! Pero nosotros sí tenemos. Difundamos la Palabra de Dios.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Arturo García Fonseca C.M.
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