“El Señor jamás desoye al pobre”
Bar 4, 5-12. 27-29; Sal 68; Lc 10, 17-24.
Dijo San Vicente de Paul: “Era el mes de enero de 1617, el día de la conversión de San Pablo, que es el 25; esta señora (de Gondi) me pidió que tuviera un sermón en la iglesia de Folleville para exhortar a sus habitantes a la confesión general. Así lo hice… fueron tantos los que acudieron que, no pudiendo atenderles con otro sacerdote que me ayudaba, la señora rogó a los padres jesuitas de Amiens que vinieran a ayudarnos…” (continuará mañana).
Hoy nos preguntamos cómo es posible que haya personas muy inteligentes que no encuentran a Dios o que, incluso, niegan y “reniegan” su existencia.
Pero ¿qué significa ser “muy inteligente”? Sin un buen corazón, sin sencillez, sin humildad, cerrando el entendimiento a las maravillas de la creación ¿se puede ser muy inteligente? Tal vez.
Hoy es sábado, dedicado a la Virgen María y, además, es día de Nuestra Señora del Rosario. No olvidemos hacer nuestra oración por las misiones y por todos los misioneros. ¡Y qué mejor que orar con María el Rosario Misionero!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Arturo García Fonseca C.M.
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