“Ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles”
Zac 2, 5-9. 14-15; Jer 31; Lc 9, 43-45.
El día de hoy celebramos la memoria de san Jerónimo, nacido en Estridón (Dalmacia) hacia el año 340; santo patrono de los biblistas, por ser el primero en traducir la Biblia al latín, y consagrar su vida al estudio y comentario de ella; gracias a él septiembre es considerado el mes de la Biblia, por lo cual compartimos un texto del prólogo al Comentario de san Jerónimo, sobre el libro del profeta Isaías: “Cumplo con mi deber, obedeciendo los preceptos de Cristo, que dice: ‘Ocúpense en examinar las Escrituras’, y también: ‘busquen y hallarán’, para que no tenga que decirme, como a los judíos: ‘Están en un error; no entienden las Escrituras ni el poder de Dios’. Pues si, como dice el apóstol Pablo, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios, y el que no conoce las Escrituras no conoce el poder de Dios ni su sabiduría, de ahí se sigue que ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo.”
Señor, que concediste a san Jerónimo saber gustar de la Sagrada Escritura y vivirla intensamente, ¿podrías concederme que también aprenda a anunciar tu Evangelio, efectiva y afectivamente, para mantenerme en vigilancia orante? Amén.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Erick Fernando Martínez B., C.M.
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