Presentación:
“En efecto, todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. (Gálatas 3, 27-28). Con este texto de San Pablo iniciamos este caminar propuesto por el Superior General de tres años para celebrar con alegría los 400 años de fundación de la Congregación de la Misión.
“Revestirnos del Espíritu de Jesucristo” en este itinerario de nueve días proponemos una búsqueda personal que nos lleve a reencontrarnos con el “Amor primero”, San Vicente decía: “dame un hombre de oración y será capaz de todo” la novena es una experiencia de fe y de diálogo con nuestro Padre que nos permite evaluar nuestra vida a la luz de la Palabra de Dios y el mensaje Vicentino; pero no es solo orar, es también actuar, la oración constituye por lo tanto la fuerza que nos empuja a salir de nuestro intimismo y relacionarnos con los demás, a bajar de la montaña para encontrarnos con la realidad del mundo con sus alegrías y desafíos.
Como cada año queremos que esta novena sea un recurso para trabajar en comunidad, para dejarnos tocar por el Dios que nos habla a través de la experiencia humana, que no nos dejemos llevar por el desaliento pastoral, sino al contrario confiemos en el Dueño del a mies que nos invita a tomar los arados de la esperanza y abrirnos paso por los campos del mundo, sembrando y recogiendo con alegría, revestidos del Espíritu de Nuestro Señor, que no nos quiere siervos inútiles, perezosos y distraídos, sino por el contario quiere que sus discípulos y discípulas sean siervos atentos, puestos en camino y en constante vigilia, para que el Amo al encontrarnos nos vea haciendo el bien y obrando con justicia.
Andrés Felipe Rojas Saavedra, CM
Párroco del Santo Cristo de Guaranda
www.corazondepaul.org
Oración:
¡Oh Dios, Padre amoroso! Con gratitud te elevamos nuestra voz en este momento, reconociendo tu inmenso amor que nos ha llamado a ser evangelizadores de los pobres, siguiendo los pasos de tu amado Hijo, Jesucristo. Inspirados por el legado de San Vicente de Paúl, te pedimos que nos guíes y fortalezcas en nuestro compromiso de ser diligentes y audaces en la atención de las necesidades de nuestros hermanos y hermanas. Que nuestros corazones sean sensibles ante los sufrimientos de aquellos que más necesitan de tu amor y compasión.
Concédenos, revestirnos del Espíritu de tu Hijo, para anunciar, practicar y testimoniar el Reino de Dios en todos los rincones del mundo, que ninguna periferia se quede sin experimentar la alegría del anuncio de la salvación. Concédenos la gracia de encarnar una espiritualidad auténtica que nos capacite para responder a los desafíos de nuestro tiempo con compasión y acción concretas.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor y modelo de caridad, en quien encontramos la plenitud de tu amor y la inspiración para seguir sus pasos. Amén.
Padrenuestro….
Oración al Espíritu Santo, por la sinodalidad (papa Francisco)
Ven, Espíritu Santo. Tú que suscitas lenguas nuevas y pones en los labios palabras de vida, líbranos de convertirnos en una Iglesia de museo, hermosa pero muda, con mucho pasado y poco futuro.
Ven en medio nuestro, para que en la experiencia sinodal no nos dejemos abrumar por el desencanto, no diluyamos la profecía, no terminemos por reducirlo todo a discusiones estériles. Ven, Espíritu de amor, dispón nuestros corazones a la escucha. Ven, Espíritu de santidad, renueva al santo Pueblo de Dios. Ven, Espíritu creador, renueva la faz de la tierra. Amén.
Oración a la Virgen:
(De los escritos de san Vicente de Paúl)
Santísima Virgen María ayúdanos a estar dispuestos a practicar las máximas evangélicas, te pedimos que llenemos de ellas nuestro espíritu, llenemos nuestro corazón de su amor y vivamos en consecuencia. Por tu intercesión ya que, mejor que ningún otro, penetraste el sentido de esas enseñanzas y las practicaste. Para esperar que, al vernos aquí en camino de vivir según estas máximas, nos serán favorables en el tiempo y en la eternidad.
¡Oh, santísima Virgen, pide al Señor este favor, pídele una verdadera pureza para nosotros, para toda la familia vicentina! Esta es la súplica que te hacemos. Amén.
Dios te salve…. Gloria…
SEXTO DÍA
La Centralidad de la Oración
Signo: Una imagen de alguien en oración, con las manos juntas y los ojos cerrados.
Canción: «Vicente de Paúl», Ixcís
Iluminación Bíblica: Lucas 11, 1-4
Y sucedió que, estando él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor, ensénanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos.» Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación.
Escuchemos a San Vicente de Paúl:
Nosotros somos tus hijos, que nos ponemos en tus brazos para seguir tu ejemplo; concédenos esta gracia. Como no podemos hacerlo por nosotros mismos, te lo pedimos a ti, lo esperamos alcanzar de ti, pero con toda confianza y con un gran deseo de seguirte. Señor, si quieres darle este espíritu a la compañía, ella trabajará por hacerse cada vez más agradable a tus ojos y tú la llenarás de ardor para que sea semejante a ti; y este anhelo la hace ya vivir de tu vida, de modo que cada uno puede decir como san Pablo: Vivo ego, jam non ego, vivit vero in me Christus (ya no vivo yo en mí, es Cristo quien vive en mí) ¡Qué dicha poder comprobar en nosotros estas palabras: Vivo ego, jam non ego, vivit vero in me Christus! Pues ya no vivimos una vida humana, sino una vida divina, y viviremos esa vida, hermanos míos, si nuestros corazones están llenos y nuestras acciones van acompañadas de esa intención de cumplir la voluntad de Dios.
Reflexión:
Hoy se nos recuerda que la oración es la fuente de nuestra relación con Dios y la base de nuestra misión como seguidores de Cristo. En Lucas 11, 1-4, los discípulos le piden a Jesús que los enseñe a orar, reconociendo la importancia de la comunicación con Dios en sus vidas. Jesús responde enseñándoles el Padrenuestro, una oración que refleja la centralidad de Dios en nuestras vidas y nuestras necesidades diarias.
San Vicente de Paúl enfatiza que la oración nos conecta con la vida divina y nos capacita para cumplir la voluntad de Dios. Cuando oramos con sinceridad, buscamos la voluntad de Dios y nos abrimos a Su gracia transformadora. La oración nos permite vivir no una vida humana ordinaria, sino una vida divina en comunión con Cristo.
En un mundo lleno de distracciones y preocupaciones, la oración nos llama a detenernos, cerrar los ojos y dirigirnos a nuestro Padre celestial con humildad y confianza. Es en la oración donde encontramos la fuerza y el propósito para llevar a cabo la obra de Dios en el mundo.
- Preguntas:
- ¿Cuál es tu comprensión personal de la importancia de la oración en tu vida espiritual?
- ¿Cómo te ha ayudado la oración a establecer una relación más profunda con Dios y a discernir Su voluntad?
- ¿Cuáles son tus desafíos más grandes a la hora de mantener una vida de oración constante?
- ¿Cómo puedes integrar la oración de manera más efectiva en tu vida diaria y en tu compromiso con la misión de Cristo?
Dinámica:
Invita a los participantes a formar parejas o grupos pequeños.
Pide a cada grupo que comparta una oración que les sea significativa o que hayan encontrado especialmente poderosa en sus vidas.
Después de compartir oraciones, anima a los participantes a hablar brevemente sobre por qué esas oraciones son importantes para ellos.
Finaliza la dinámica con una oración grupal, utilizando el Padrenuestro como modelo, y pidiendo a Dios que fortalezca la vida de oración de todos los presentes y los capacite para vivir de acuerdo con Su voluntad.
Gozos
“San Vicente de Paúl, enciende en nosotros el fuego de la caridad”
Fuego de la caridad, desde el campo a la ciudad,
como campesino o preceptor; de misionero a fundador.
La llama ardiente de tu celo, nos pone en la misión de quitar el velo
a los esclavos y a los afligidos, a quienes damos el Evangelio.
Tus hijos e hijas llevan con pasión tu heraldo,
en el firmamento luz ponderosa de tu amor nos guía
con la fuerza imperativa de amar sin miedo,
a quien sediento por la justicia corría.
En el horizonte nos invitas a fijar mirada,
amor efectivo reclaman los pobres;
que sea nuestra caridad inventiva y cimentada
para dar a Cristo en la tierra un mundo sin distinciones.
Padre de los pobres, predicador infatigable
del celo por las almas compártenos ejemplo;
para dar a los pobres testimonio fiable
que conduzcan al hombre a verdadero templo
¡El pueblo muere de hambre y se condena!
Urge llevar el pan con justicia,
que sólo por nuestro amor
los pobres nos perdonarán.
¡Oh Vicente de Paúl! Que no se halle en nosotros
un amor que sea subjetivo, ¡donativo debe ser!,
con el esfuerzo de nuestro brazos,
y en la frente el sudor, para dar a conocer al prójimo
el amor de nuestro Dios.
Misión y Caridad son las alas
que te llevaron al cielo,
a tu entrada, pobres y ricos te esperaban.
Gozosos tu hijos, mientras Cristo te coronaba
de laureles y santidad, padre y apóstol,
la Iglesia en ti se reflejaba.
Oración final al corazón de san Vicente de Paúl:
Oh Corazón de San Vicente que sacaste del Sagrado Corazón de Jesús, la caridad que tú derramaste sobre todas las miserias morales y físicas de su tiempo, alcánzanos de jamás dejar pasar a nuestro lado miseria alguna sin socorrerla.
Haz que nuestra caridad sea respetuosa, delicada, comprensiva, efectiva como fue la tuya. Pon en nuestros corazones una fe viva que nos haga descubrir a Cristo sufriente en nuestros hermanos desventurados.
Llénanos del celo ardiente, luminoso, generoso que jamás encuentre dificultad alguna en servirlos. Te lo pedimos, oh Corazón de Jesús por la intercesión de aquel, cuyo corazón no latía ni actuaba más que por impulso del tuyo. Amen
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