“Sólo aquellos que tienen la sabiduría de Dios, son quienes lo reconocen”
1 Tim 3, 14-16; Sal 110; Lc 7, 31-35.
Hoy la liturgia de la Palabra nos invita a pedir a Dios el don del Espíritu Santo para saber reconocer su presencia en cualquier circunstancia de nuestra vida.
En la carta de san Pablo a Timoteo el apóstol le pide a su discípulo que, mientras llega para visitarlo, actúe con sabiduría en la Iglesia, que es la casa del Dios vivo, reconociendo que él mismo y la comunidad de fieles a él encomendada son la Iglesia (templo vivo del Espíritu Santo), columna y fundamento de la verdad.
Por su parte, san Lucas nos recuerda la importancia de reconocer la acción de Dios en ministerios tan diversos como lo fueron el de Juan Bautista, que llamó a tan fuertes sacrificios y renuncias, apartándose en el desierto para convertir nuestros corazones, y el de Jesucristo, el Señor, que estuvo dispuesto a recorrer pueblos y aldeas para ir al encuentro de los pobres, e incluso compartir la mesa con ellos, para reconciliarlos consigo mismos y devolverlos al camino de Abba Dios.
Señor, ¿estoy atento a lo que me pides en cada momento de mi vida, reconociendo que, a veces, implicará momentos agradables y, a veces, desagradables? Amén.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Erick Fernando Martínez B., C.M.
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