“Guías ciegos”
1Tes 1, 1-10; Sal 149; Mt 23, 13-22.
La actitud farisaica y ritualista que falsifica la imagen de Dios y la religión, no muere fácilmente. Vemos todavía hoy personas que viven una religión comercializada, sin entusiasmo ni generosidad, sin alegría y sin apertura. Este es el culto vacío que honra a Dios con los labios mientras que el corazón está lejos. La fe debe ser una fuerza activa y dinámica que lejos de quedar flotando en la esfera sobrenatural, tiene una proyección mundana y se encarna al ras de la prosaica realidad de cada día, es decir la fe debe ser acción. Fe y amor a Dios y al prójimo deben unirnos. Por desgracia es incontable el número de los que entienden su cristianismo como mera ideología, cuando en realidad es praxis. De ahí surge la forma más habitual de hipocresía religiosa que es el divorcio entre fe y vida, entre las creencias y la conducta, entre el pensar, el decir y el hacer.
Examinémonos hoy a fondo sobre nuestra realidad y nuestra imagen.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Eugenio Lozano Cervantes, laico de la Familia Vicentina de Guadalajara.
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