«La adecuada adaptación y renovación de la vida religiosa comprende a la vez el continuo retorno a las fuentes de toda vida cristiana y a la inspiración originaria de los Institutos, y la acomodación de los mismos, a las cambiadas condiciones de los tiempos». Desde el Concilio Vaticano II (decreto «Perfectae caritatis», sobre la Adecuada Renovación de la Vida Religiosa) es muy significativo para todos nosotros, los miembros de la familia vicenciana.
Los dos acontecimientos que se recuerdan como el comienzo del Carisma en la vida de San Vicente son la predicación en Folleville y el comienzo de la confraternidad de la Caridad en Chatillon, que también fue el resultado del sermón dominical que predicó en su parroquia. Las palabras de San Vicente siempre tienen el poder espiritual de mover a sus oyentes a la conversión espiritual y a las obras de caridad cristiana. Y es así porque vinieron de su profunda experiencia de oración y convicción del amor y la sabiduría de Dios revelados en la Palabra de Dios.
El Papa Benedicto XVI escribió a los jóvenes de nuestro tiempo en el prólogo del YOUCAT:
“Deben conocer lo que creen; deben conocer su fe con la misma precisión con la que un especialista de informática conoce el sistema operativo de una computadora; deben conocerla como un músico conoce la pieza musical que ejecuta. Sí, ustedes deben estar cada vez más profundamente arraigados en la fe de la generación de vuestros antepasados, para poder resistir con fuerza y decisión a los desafíos y a las tentaciones de este tiempo. Ustedes tienen necesidad de la ayuda divina, si no quieren que su fe se seque como una gota de rocío al sol, si no quieren sucumbir ante las tentaciones del consumismo, si no quieren que el amor de ustedes se hunda en la pornografía, si no quieren traicionar a los débiles y a las víctimas de abusos y violencia” (Prólogo del YOUCAT).
La convicción de nuestra fe cristiana y la profunda experiencia de Dios en la oración y en la Palabra de Dios son las fuentes auténticas de la renovación cristiana y también la renovación del carisma. Para San Vicente, esta fue su fuente de inspiración y fortaleza en su manera de vivir el carisma. Sin volver a estas fuentes, nunca podremos tener auténtica renovación de nuestro carisma y la fuerza para vivirlo en este tiempo desafiante, como mencionó el Papa Benedicto XVI. Nuestro Superior General, Tomaz Mavrič, siempre nos recuerda que necesitamos ser místicos de la caridad para ser apóstoles de la caridad.
Sobre el autor:
El P. Binoy Puthusery, C.M., es un sacerdote paúl perteneciente a la Provincia de India meridional. Fue ordenado sacerdote el 27 de diciembre de 2008 y poco después sirvió como coadjutor en Tanzania. En 2011, después de dos años de ministerio, fue nombrado Director Espiritual de las Hermanas Vicentinas de la Misericordia, en Mbinga, Tanzania. Actualmente reside en Barakaldo (España), y es formador en el Máster en Vicencianismo.
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