“Si quieres ser perfecto”
Jue 2, 11-19; Sal 105; Mt 19, 16-22.
Ante la propuesta de Jesús, el joven desiste y abandona, no sin frustración personal por su parte, porque le parece excesivo el precio que ha de pagar. Efectivamente, hay casos en los que Dios pide mucho, y en la respuesta afirmativa está la línea que divide a los santos de los mediocres.
Este joven rico que es un exacto practicante religioso, está apegado a su riqueza; por eso rechaza la invitación de Jesús a seguirlo. En cambio, Leví, que era un pecador público, un recaudador de impuestos y también rico, aceptó su llamada, lo dejó todo y siguió a Cristo. Dios hace posible lo que el hombre encuentra imposible.
Esto nos enseña que lo decisivo es seguir a Jesús; la renuncia total a los bienes es condición personalizada y ocasional, “No obstante todo este pasaje demuestra que la riqueza, en el pensamiento evangélico, es una de las ‘posesiones’ más contrarias a la vida cristiana”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Eugenio Lozano Cervantes, laico de la Familia Vicentina de Guadalajara.
0 comentarios