En el evangelio de Lucas encontramos la gran declaración de misión de Jesús: «El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor» (Lc 4, 18-19). Resume toda la misión de Jesús. Es la misma misión que Jesús confió a los apóstoles, cuando los envió con el mandato de proclamar buenas nuevas: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación» (Mc 16, 15).

Este mandato misionero de Jesús es para todos los cristianos. Sobre esta vocación misionera de todos los cristianos leemos en YOUCAT (Nº 11): «Ningún cristiano auténtico deja la transmisión de la fe sólo en manos de los especialistas (maestros, sacerdotes, misioneros). […] Todo cristiano auténtico desea que Dios llegue también a los demás». La Madre Teresa usó una comparación simple e interesante para enseñarnos sobre nuestra responsabilidad misionera: «A menudo se pueden ver líneas eléctricas que corren a lo largo de la calle. A menos que la corriente fluya a través de ellas, no hay luz. ¡La línea eléctrica somos usted y yo! ¡La corriente es Dios! Tenemos el poder de permitir que la corriente fluya a través de nosotros y así generar la luz del mundo: JESÚS. O rehusar a ser usados ​​y, por lo tanto, permitir que la oscuridad se propague».

San Vicente, siendo un joven sacerdote, después de muchos años de lucha espiritual e interior, por fin se convenció de su llamada a continuar la misión de Jesús. Es esta convicción del mandato misionero de Jesús el que le dio la energía y el celo para hacer todas esas grandes obras. Como cristiano, como sacerdote o como religioso, cada uno de nosotros está llamado a continuar la misma misión de Jesús en la vida que Dios quiere que llevemos. Crecer en el carisma vicenciano es crecer en esta convicción de que Dios nos ha llamado a continuar la misión de Jesús en nuestro tiempo y lugar.

Sobre el autor:

El P. Binoy Puthusery, C.M., es un sacerdote paúl perteneciente a la Provincia de India meridional. Fue ordenado sacerdote el 27 de diciembre de 2008 y poco después sirvió como coadjutor en Tanzania. En 2011, después de dos años de ministerio, fue nombrado Director Espiritual de las Hermanas Vicentinas de la Misericordia, en Mbinga, Tanzania. Actualmente reside en Barakaldo (España), y es formador en el Máster en Vicencianismo.