“Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de cosecha”
Sab 12, 13. 16-19; Sal 85; Rom 8, 26-27; Mt 13, 24-43.
Esta parábola que utiliza Jesús nos hace pensar inmediatamente en las exigencias del Reino de los cielos. Al pensar en esto probablemente hemos caído en romanticismo al creer que esta realidad ya está hecha, concluida, sin embargo, lo que Jesús advierte nos invita a estar atentos, para luchar diariamente para obtener los frutos que se esperan, sin disminuirse ni perderse.
Perotambiénenesteproceso de dialogo las dificultades se harán presentes de diferentes maneras, aquella cizaña sembrada nos pone en alerta con referencia a todo lo que viene del exterior y puede dañar a la comunidad tanto en discurso como en acción. La levadura también ayuda en esta comprensión del Reino de los cielos, podemos pensar en una realidad insipiente que irá creciendo poco a poco, una realidad divina que se iráentremezclando con la historia humana para generar un gran proyecto en desarrollo.
Esta es una invitación real para ser constructores y no solo contempladores de este proyecto de acción de Dios, desde donde la humanidad manifestara el camino de triunfo del Señor y su participación en el.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. Alonso Nuñez Escobedo C.M., formador en el Seminario de Cd. Granja, Jal.
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