“Busquen al Señor y vivirán”
Ex 2, 1-15; Sal 68; Mt 11, 20-24.
Esta Historia de Moisés, nos lleva por caminos que nos maravillan, nuevamente de una ley que busca disminuir a los Israelitas, garantizar su esclavitud frente a los egipcios, brota un personaje que al encontrarse con su pueblo atrapado en la injusticia no puede pasar de largo, y va reconociendo el dolor que provoca indignación. Dios va construyendo esta historia que luego será de liberación.
En el pasaje evangélico, Jesús hace un reclamo que manifiesta cansancio o decepción, aquellos lugares en los que la acción milagrosa de Dios se ha manifestado con mayor fuerza, son los que se muestra mayor resistencia al arrepentimiento, a la penitencia.
Podemos ver en nuestra propia vida un reflejo de estas actitudes, no es necesario hacer esta revisión como jueces crueles, sino con una actitud de humildad. El Señor no dejará de revelarse en nuestra vida, pero ¿qué tanta sensibilidad tenemos para reconocerlo como tal? cuando las cosas van bien no dejemos de agradecer a Dios, no dejemos de mirar a nuestro alrededor para glorificar al Dios que salva, no dejemos de esmerarnos por convertir nuestra propia vida, para configurarnos con Cristo con mayor fuerza.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. Alonso Nuñez Escobedo C.M., formador en el Seminario de Cd. Granja, Jal.
0 comentarios