EL CLAMOR DE LA MADRE TIERRA Y EL CAMINAR DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
Primer Encuentro la Confraternidad Indígena Vicentina
Quito, Ecuador 2024

Queridos miembros de la Familia Vicentina,

Les saludamos como la Confraternidad Indígena Vicentina, conformada de vicentinos indígenas y no indígenas que acompañan a los pueblos originarios. La misión de nuestra confraternidad es “caminar juntos en fraternidad y solidaridad, desde la riqueza de la pluralidad de nuestras identidades indígenas, en el seguimiento de Jesucristo al estilo vicentino” y mantenemos la visión de “ser reconocidos como fuente de conversión y vida, mostrando con esperanza y gratitud el rostro indígena de la familia vicentina, con exigencia profética: ´otro mundo es posible´.”

Después de tres años de procesos virtuales, nos alegra anunciar los preparativos para un encuentro presencial en Quito, Ecuador, en julio de 2024, “El Clamor de la Madre Tierra y el Caminar de los Pueblos Indígenas.” Además del objetivo de conocernos mejor compartiendo luchas y esperanzas, el encuentro se centrará en el cuidado de nuestra Casa Común desde la perspectiva indígena y la defensa de nuestros territorios indígenas frente a muchas amenazas. Esperamos fortalecer un modelo de red indígena vicentina para caminar mejor juntos en la protección de los derechos y la dignidad de nuestros pueblos, respondiendo al «grito de la Tierra y al grito de los pobres» desde el corazón del carisma vicentino.

Si desea más información sobre el encuentro de la Confraternidad Indígena Vicentina en Quito en julio de 2024, por favor contáctenos al correo civicentina@gmail.com o al WhatsApp (507) 6416-5990.

En la paz de Cristo,

El comité organizador del Encuentro CIV 2024,

• Sor Toa Tenenuela, HC, pueblo puruhá de Ecuador
• P. Margarito Hernández, CM, pueblo kaqchikel de Guatemala
• Wilfredo Mitre, pueblo ngäbe de Panamá
• P. José Fitzgerald, CM, misionero entre el pueblo ngäbe de Panamá

«Para (los pueblos indígenas), la tierra no es un bien económico, sino don de Dios y de los antepasados que descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y sus valores. Cuando permanecen en sus territorios, son precisamente ellos quienes mejor los cuidan. Sin embargo, en diversas partes del mundo, son objeto de presiones para que abandonen sus tierras a fin de dejarlas libres para proyectos extractivos y agropecuarios que no prestan atención a la degradación de la naturaleza y de la cultura» (Laudato Si´ 146).