“Cristo hizo suyas nuestras debilidades”

Gen 18, 1-15; Sal Lc 1; Mt 8, 5-17.

¿Cuáles son nuestras debilidades? Hemos caído en una idea equivocada del poder controlar todo, de tener bajo nuestras manos el correr de nuestros días y que angustiante es el darnos cuenta de que nuestras debilidades al manifestarse hacen cambiar todo a nuestro alrededor.

¿Qué respuesta podemos dar delante de esta realidad tan humana?

El pasaje evangélico nos brinda este ejemplo del oficial Romano como inspiración, una fe basada en la experiencia de aquel hombre en cada una de sus actividades, que le permiten comprender la exigencia de la fe.

Este encuentro con el Señor Jesús es un diálogo humilde, pero lleno de seguridad y de confianza que, en él, encontrará aquello que hace falta para

su criado. ¿Pero que vine después de recibir el favor del Señor? Jesús transforma, pero para que esta acción salvadora del Señor siga compartiéndose necesita el testimonio y el anuncio explícito de aquella acción salvadora.

Confiemos en el Jesús y entreguémosle nuestras debilidades y dolores, vayamos a su encuentro siempre con la fe y la confianza..

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. Alonso Nuñez Escobedo C.M., formador en el Seminario de Cd. Granja, Jal.