“Ustedes oren así”
2 Co 11, 1-11; Sal 110; Mt 6, 7-15.
Jesús creía en la importancia y en la necesidad de la oración y toda su vida fue una permanente oración. Él es nuestro modelo de vida espiritual, nos enseña y anima a acudir al Padre y a orar.
En el relato de hoy encontramos la oración más perfecta, la que Jesús nos ha enseñado y que pronunció con sus propias pablaras. Primero lo llamamos “Padre Nuestro”, porque Dios es Padre de todos y así quiere que lo llamemos. Luego vienen las siete peticiones confiadas que le dirigimos.
El Padrenuestro es un programa de vida para los que decimos llamarnos hijos de Dios y de verdad queremos serlo, es una invitación a la entrega total a su voluntad, a fin de que su reinado se manifieste plenamente en cada uno de nosotros.
Por eso te invito a orar en un momento de silencio: extiende tus manos hacia el cielo, como un hijo que le pide con amor confiado a su padre, y reza el Padrenuestro. Al pronunciar cada palabra, cada petición, te anime el saber que Jesús las pensó y las pronunció. Experimenta la presencia del Padre que te ama y está pendiente de tu caminar. Haz de esta oración una experiencia que te conecte con tu vida diaria.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. César Cruz Gálvez C.M., formador en el Seminario Vicentino de Lagos de Moreno, Jal., México.
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