“Yo les digo: No hagan frente a los que los agravian”
2 Co 6, 1-10; Sal 97; Mt 5, 38-42.
¡Qué difícil entender el mensaje del Evangelio de este día! Pareciera casi imposible, cuando en nuestra sociedad hay tanta agresividad y deseo de venganza: “Me la haces, me la pagas”. Mucha gente, nuestras familias, matrimonios… necesitan sanar, aprender el camino del perdón para poder avanzar en su vida. Hay quienes vienen cargando a personas o a experiencias del pasado sobre sus espaldas, desde hace muchos años.
Si alguna vez somos víctimas de injusticias, busquemos la justicia, pero procuremos no dejar anidar resentimiento u odio en nuestro interior. Somos responsables de lo que pasa en nuestro corazón, eso sí podemos cambiarlo, con la gracia de Dios. Cuando no logramos sanar, se van apagando nuestras ganas de vivir, cargamos mucha tristeza, soledad y amargura en el corazón.
¿Cómo romper con el círculo de la violencia, cuando en la pareja uno se molesta y levanta la voz y el otro, para no dejarse, grita más fuerte? La violencia genera más violencia. El Evangelio nos propone: “Si alguien te golpea la mejilla derecha, preséntale la otra”, es decir, ante el rostro de la violencia, la contraparte es el rostro de la paz.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. César Cruz Gálvez C.M., formador en el Seminario Vicentino de Lagos de Moreno, Jal., México.
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