”Él se levantó y lo siguió”
Os 6, 3-6; Sal 49; Rm 4, 18-25; Mt 9, 9-13.
Este domingo encontramos el relato de la vocación de Mateo, el publicano. Un hombre “pecador”, mal visto por su propia gente que, sentado a su mesa, cobra los impuestos para el imperio de Roma.
Imaginemos por un momento la situación en que se encontraba esta persona debido al oficio que tenía: Era cobrador de impuestos y todos lo miraban –incluso de su propia gente– como a un ladrón y traidor. En Jesús encuentra una mirada diferente, que no juzga, que no señala, sino una mirada de misericordia que le invita a levantarse de su mesa, de su pecado, de su lugar seguro y a cambiar de vida siguiéndole a él, como un verdadero discípulo.
Jesús nos llama todos los días también a nosotros a ponernos de pie, dejar nuestra zona de confort y avanzar siguiéndolo a él.
Hoy convendría preguntarnos ¿cuáles son nuestras mesas en que nos hemos sentado, asegurando nuestra vida? Jesús en este día nos invita a “soltar” nuestras ataduras, nuestro pecado y ser libres para él y para quien necesite de nosotros.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. César Cruz Gálvez C.M., formador en el Seminario Vicentino de Lagos de Moreno, Jal., México.
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