“La tortura no es una cosa de ayer. Desgraciadamente, es parte de nuestra historia de hoy”, como afirma Francisco en el video producido por la Red Mundial de Oración del Papa para difundir la intención de oración de junio.
Este horror tiene que parar. Y para detenerlo es “imprescindible poner la dignidad de la persona por encima de todo”.
Si no lo hacemos así, como señala Francisco al final del video, “las víctimas no son personas, son ‘cosas’ y se las puede maltratar sin medida”, destruyéndolas para toda su vida tanto física como psicológicamente.
Recemos con el Papa “para que la comunidad internacional se comprometa concretamente en la abolición de la tortura, garantizando el apoyo a las víctimas y sus familias”.
El vídeo del Papa es una iniciativa de la Red Mundial de Oración por el Papa, que pretende difundir las intenciones mensuales del Papa sobre los desafíos que enfrenta la humanidad.
El Papa nos dice en este video:
La tortura. ¡Dios mío, la tortura!
La tortura no es una historia de ayer. Desgraciadamente, es parte de nuestra historia de hoy.
¿Cómo es posible que la capacidad humana para la crueldad sea tan grande?
Existen formas de tortura muy violentas, otras más sofisticadas como el trato degradante, la anulación de los sentidos o detenciones masivas en condiciones que no son humanas, que quitan la dignidad de las personas.
Pero esto no es una novedad. Pensemos en el propio Jesús cómo fue torturado y crucificado.
Paremos este horror de la tortura. Es imprescindible poner la dignidad de la persona por encima de todo.
Si no las víctimas no son personas, son ‘cosas’ y se las puede maltratar sin medida, causándoles la muerte o daños psicológicos y físicos permanentes para toda la vida.
Oremos para que la comunidad internacional se comprometa concretamente en la abolición de la tortura, garantizando el apoyo a las víctimas y sus familias.
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