“Si yo quiero que éste permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme”.
Hech 28, 16-20. 30-31; Sal 10; Jn 21, 20-25.
En el evangelio de ayer, Jesús había anticipado a Pedro su género de muerte, ahora éste le pregunta sobre la suerte futura de Juan, el discípulo amado. Jesús no satisface su curiosidad, sino que le dice: “Si yo quiero que éste permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme”. Como si Jesús dijera que lo importante es seguir a Jesús. La respuesta de Jesús provocó el rumor de que san Juan no habría de morir y si bien la tradición nos dice que vivió hasta los cien años. Nosotros mismos, al escuchar el evangelio de hoy somos testigos de la manera en que el discípulo amado de Jesús da su testimonio verdadero y ha permanecido vivo hasta nuestros días: en el Evangelio, las Cartas y el libro del Apocalipsis, que están contenidos en la Biblia y cuyas palabras podemos leer y escuchar. El Señor repite hoy: “Sígueme”. No pierdas tiempo en preguntas o chismes inútiles; no te entretengas en lo secundario, sino mira lo esencial.
Síguelo a pesar de las dificultades. Anuncia el Evangelio a todos, especialmente a los últimos, para que a nadie le falte la Palabra de vida, que libera de todo miedo y da confianza en Dios.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Luz María Ramírez González, Sociedad de San Vicente de Paúl, León, Gto., México.
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