“No pierdan la paz…”
Hech 13, 26-33; Sal 2; Jn 14, 1-6.
En este día Jesús nos ofrece otra pauta de apoyo, consuelo y esperanza: “No pierdan la paz”. La palabra de Jesús no puede ser más oportuna y actual en las circunstancias que estamos viviendo en diferentes partes de nuestro país y del mundo. Después de pruebas y sufrimientos, en ocasiones perdemos el rumbo, se presenta la desesperación o el sinsentido, y es entonces cuando debemos recordar esta invitación de Jesús de no perder la paz. Su presencia cercana nos da la fortaleza para seguir adelante, a pesar de las dificultades y sinsabores que la vida nos va presentando.
Pero también nos ofrece una esperanza, la promesa de Jesús de prepararnos un lugar en la casa de su Padre y de regresar para llevarnos con Él. ¿Y cómo sabremos el camino? Teniendo presente lo que Jesús respondió a Tomás: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. Es decir, que la cercanía que él mantiene con nosotros nos garantiza un buen arribo. Caminar con la mirada puesta en Jesús.
Sigamos a Jesús en su Palabra y en su actuar. No ignoremos su Verdad, el mensaje de Dios. No dejemos de recibir a Jesús como alimento en la eucaristía, él es la única Vida verdadera.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Luz María Ramírez González, Sociedad de San Vicente de Paúl, León, Gto., México.
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