Oración para todos los días:
Oh Dios, que suscitaste en el corazón de Santa Luisa de Marillac el celo por la salvación de las almas y alentaste en ella el amor hacia tu hijo Jesucristo en la persona de los más pobres, enséñanos de ella, la virtud de la humildad, la sencillez y la caridad que la caracterizaron en su obra apostólica. Danos Señor te lo pedimos un corazón como el suyo capaz de ser fieles a la vocación y con el deseo ferviente de ser constructores de familias santas entregadas al apostolado de la Iglesia, para que se pueda construir en medio de los que sufren el Reino de los cielos con justicia y caridad. Amén.
Oración a Santa Luisa de Marillac:
Santa Luisa de Marillac, esposa fiel, madre modelo, formadora, misionera y maestra. Ayúdanos a alcanzar del Señor, las mismas virtudes que alentaron tu vida para entregar por completo la nuestra al servicio de Jesucristo en la personas de los más pobres, de los enfermos y de los desamparados. En tu protección confiamos la misión de toda la familia vicentina, los trabajadores sociales y la de todos los hombres y mujeres de buena voluntad que trabajan por la construcción del Reino de Dios, para que fieles al llamado de nuestro Señor Jesucristo sean agentes de la paz y la reconciliación. Amén.
Día 3: Virgen inmaculada
De los escritos de Santa Luisa:
¡Ah!, ¡qué paz, qué suavidad, qué caridad, qué humildad hay en el alma de la Santísima Virgen! ya que es ese instinto el que tanto nos turba y nos induce de continuo a pecar.
Que el conocimiento que Dios nos da de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen nos mueva a glorificarle eternamente por esa obra maestra de su omnipotencia en la naturaleza puramente humana y nos haga admirar la belleza de sus pensamientos tan puros que no se inclinaron nunca a lo inútil ni se ocuparon en el pecado.
Que viendo la miseria de los humanos concebidos en pecado que les lleva de continuo a elevarse contra Dios en palabras ofensivas, lleguemos a conocer el honor que con las suyas siempre proferidas en justicia y verdad, tributó la Santísima Virgen a Dios.
Y que los amantes de esta Santísima y Purísima Virgen estén atentos a considerar sus acciones que nunca fueron en lo más mínimo desagradables a Dios ya que siempre fueron hechas según su santísima voluntad.
La Concepción Inmaculada de la Santísima Virgen iluminó, pues, su entendimiento y caldeó su voluntad con la que siempre obró sin omitir nada de lo que Dios pedía de ella y por lo tanto se vio siempre llena de virtudes, tanto en la materia como en la forma de todo el ser que había recibido de Dios.
Fragmento de su biografía:
Este sacerdote había comprendido que el mundo estaba en cambio y nacía una nueva sociedad, pero todavía era una sociedad agrícola y comercial sin casi industria. La mayoría de los campesinos eran pobres y en las ciudades abundaban los hambrientos que habían emigrado de los pueblos del campo a la ciudad. En el siglo XVII los pobres no contaban para el estado. Vicente de Paúl se propuso que los pobres también contaran; más, logró que para muchos fueran el centro de la sociedad. Para ello fundó una asociación de señoras, -una ONG- conocidas modernamente con el nombre de Voluntarias de la Caridad, y una congregación de sacerdotes, llamados Lazaristas, Paúles o Vicentinos, según los lugares. Después de unos años de dirigir a Luisa de Marillac consiguió que ésta se uniera a su proyecto.
Este proyecto era nuevo y hasta revolucionario en la faceta de solidaridad y de evangelización de los pobres para el siglo XVII y comprendía tres aspectos: liberar a las clases empobrecidas y devolverles su dignidad de seres humanos y sus derechos de ciudadanos; modernizar las instituciones ya existentes para que fueran más eficaces, y crear otras nuevas que respondieran a las nuevas necesidades. Todo se realizaría por medio de dos asociaciones de mujeres pertenecientes una a las clases adineradas y la otra a las clases bajas. Las ideas brotaban del sacerdote Vicente de Paúl el Superior y el Director, pero Luisa fue la organizadora práctica y la ejecutora.
Gozos Santa Luisa de Marillac:
Oh Santa Luisa modelo de mujer creyente
Misionera y maestra de la caridad
Enséñanos a ser de Cristo
verdaderos signos vivientes.
Tu vida y tu amor fue Cristo;
de los pobres y desdichados
rompiste la coraza, que impedía ver
con las luces de la fe su sufrimiento
Mística y maestra de la oración,
Al Maestro con amor tú pintaste
Y al pernoctar tu santa existencia
tu misma vida fue perenne donación.
Gran devota de la Madre del Cielo,
Su inmaculada concepción proclamaste,
Con gran fe y con amor, única Madre
De la compañía nombraste.
Formadora y maestra hoy tus hijas siguen tu ejemplo
Que en estos años de grandes cambios
tu ejemplo franco y caridad sincera
sigan haciendo del prójimo verdadero templo.
Oración a la Virgen (atribuida a Santa Luisa):
Santísima Virgen, creo y confieso vuestra Santa e Inmaculada Concepción, pura y sin mancha. ¡Purísima Virgen!, por tu pureza virginal, tu Inmaculada Concepción y tu gloriosa cualidad de Madre Dios, alcánzame de tu amado Hijo: la humildad, la caridad, una gran pureza de corazón, cuerpo y espíritu, la perseverancia en mi vocación, el don de oración, una santa vida y una buena muerte
Fuente: http://www.corazondepaul.com/
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