“Ustedes no creen porque no son de mis ovejas”
Hech 11, 19-26; Sal 86; Jn 10, 22-30.
En este día reflexionamos un fragmento del capítulo décimo del evangelio de san Juan, dedicado al Buen Pastor. Ante el rechazo de los dirigentes religiosos de su tiempo, Jesús nos lleva a pensar que hay una diferencia fundamental entre aquellos que reconocen su voz y lo siguen y aquellos que rechazan ser sus ovejas, lo niegan o desconocen hasta el punto de decir: “Si tú eres el mesías, dínoslo claramente”. Jesús les responde: “Ya se lo he dicho y no me creen… porque no son de mis ovejas”. A esta respuesta Jesús liga las características de quienes sí se reconocen como sus ovejas: escuchan su voz, lo siguen, él las conoce y les da la vida eterna, así que no perecerán jamás porque el Padre las ha puesto en sus manos y nadie podrá arrebatárselas jamás, ya que el Padre es superior a todos.
Todos los discípulos de Jesús nos reconocemos como ovejas del Señor, no somos el rebaño perfecto y no faltan los lobos que hacen estragos, pero Jesús, nuestro pastor, va al frente guiándonos con sabiduría y amor, y esto nos da seguridad, pese a los riesgos del camino.
¿Te reconoces como oveja del Rebaño de Cristo?
Agradécele, ámalo, obedécelo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Luz María Ramírez González, Sociedad de San Vicente de Paúl, León, Gto., México.
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