“Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado”
Hch 8, 1-8; Sal 65; Jn 6, 35-40.
Lo contrario a cumplir la voluntad de Dios comenzó en el Paraíso, con la no obediencia de Adán. Y esa desobediencia ha llevado el mal a toda la humanidad. También los pecados son actos de desobediencia a Dios, de rechazar su voluntad. Sin embargo, el Señor nos enseña que el cumplimiento de su voluntad es el camino, no hay otro. Y comienza con Jesús, que siempre buscó cumplir la voluntad de su Padre.
Pero cumplir la voluntad de Dios no es fácil. ¿Cómo hago para hacer la voluntad de Dios? Pidiéndole la gracia de querer hacerlo.
Que el Señor nos dé esta gracia, a todos.” (Cf Homilía del Papa Francisco, 27 de enero de 2015).
“En Jesús, en su carne –es decir, en su concreta humanidad– está presente todo el amor de Dios, que es el Espíritu Santo. Quien se deja atraer por este amor va hacia Jesús, y va con fe, y recibe de Él la vida, la vida eterna.” (Papa Francisco, 9 de agosto de 2015).
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Laica colaboradora de la Parroquia Medalla Milagrosa de Narvarte, ciudad de México
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