“Señor, escucha mi plegaria”
Núm 21, 4-9; Sal 101; Jn 8, 21-30.
En el centro del relato del evangelio de hoy “los judíos” que escuchan a Jesús le formulan una pregunta: ¿Quién eres tú? Quienes lo escuchaban eran incapaces (o no estaban interesados) de comprender sus enseñanzas en ese momento. Por su parte, Jesús sigue revelando su identidad; pero también está explorando la identidad de aquellos a quienes se dirige.
Al profundizar en el conocimiento de Jesús, no solo comprendemos la verdad de quién es Él, sino también profundizamos sobre la verdad de quiénes somos nosotros. Si no sabemos quién es Cristo, no lo podremos valorar. Si no reconocemos quienes somos nosotros, no podremos descubrir el mayor de nuestros anhelos y, por ende, no lo podremos alcanzar. Pero cuando captamos simultáneamente las dos verdades, vemos la gloria de Dios en Cristo Jesús, y comprendemos que Él es la única respuesta a nuestra enorme necesidad.
Cuando el Papa Francisco fue entrevistado después de ser elegido, le preguntaron: “¿Quién es Francisco?”, él contestó: “Yo soy un pecador”.
¿Quién soy yo? ¿Quién es Jesús para mí?
Señor, que sabiendo reconocerte así como te revelas, sepamos responder a lo que nos pides.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Adrián Acosta L., CM
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