“El Señor no está lejos de sus fieles”
Sab 2, 1. 12-22; Sal 33; Jn 7, 1-2. 10. 25-30.
El evangelio de hoy describe una lucha que se desarrollaba en el interior de Jesús: Cómo revelarse a su gente cuando “ni sus propios parientes creían en él” y cuando muchos de entre los judíos estaban buscando una excusa para matarlo. Puesto que saben que es de Nazareth, lo descartan: es un lugar demasiado ordinario para producir un mesías.
Pero Aquél que lo envió, posee toda la verdad. Jesús mismo es esa verdad. Aquellos que le escucharon no conocían en realidad lo que era la verdad. Aceptar a Jesús es alcanzar la verdad en su nivel más profundo.
San Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de El Salvador, valientemente en sus homilías hacía denuncias continuas de la violencia hacia el clero y el pueblo, por parte de un gobierno militar opresor. Asesinado por un francotirador mientras celebraba la Santa Misa, se convierte en mártir por anunciar la verdad, y así alcanzó la libertad.
Señor, Tú que te muestras a nosotros en lo ordinario, déjanos reconocerte en las cosas pequeñas el día de hoy.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Adrián Acosta L., CM
0 comentarios