“Sálvanos, Señor, tú que eres misericordioso”
Dn 3, 25. 34-43; Sal 24; Mt 18, 21-35.
Pedro le pregunta a Jesús en el evangelio de hoy: “Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo?” El papa Francisco, predicando sobre este pasaje, comentó que esta historia nos ofrece una gran lección: el perdón no niega el mal, pero reconoce que el ser humano, creado a imagen de Dios, es siempre mayor que el mal que comete. Para Pedro, perdonar a la misma persona siete veces es el máximo posible. Pero Jesús le contesta “No te digo siete veces, sino setenta veces siete”, lo que significa: ¡Siempre! Siempre tienes que perdonar.
A menudo oímos decir a la gente: “Queremos que se haga justicia”. Pero la gracia del perdón es mucho más noble y dice: “Quiero que la persona esté nuevamente bien y viva plenamente”.
El llamado es a perdonar de corazón, no sólo con palabras.
Señor, casi siempre yo muestro comprensión y simpatía con mis propios errores, pero aplico diferentes estándares, más críticos, a los de los demás. En esta parábola me enseñas a mirarme con más sinceridad y verdad.
Señor, perdona nuestros pecados, así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Adrián Acosta L., CM
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