“Muéstranos, Señor, el camino de la salvación”
Is, 1, 10. 16-20; Sal 49; Mt 23, 1-12.
Señor Jesús, con tus denuncias proféticas les diste tiempos difíciles y desafiantes a los líderes religiosos de tu tiempo. ¿Pero cómo me encontraste? ¿Empleo figuras para hacer que las personas piensen que soy importante? ¿Cuánto valoro mi imagen pública? ¿Abuso de mi autoridad? Ayúdame a ser esta vez un humilde servidor de los necesitados, así como Tú.
Es fácil ver la hipocresía de los demás, particularmente de los que tienen autoridad, pero necesito estar siempre vigilante acerca de mis propios engaños, las pequeñas mentiras que digo. El cambio debe comenzar en mí.
Señor, hazme vivir en forma transparente, en la verdad.
Perpetua era una joven noble que acababa de dar a luz a su hijo, y Felícitas era su esclava. El relato de su encarcelación y martirio, escrito en buena parte por la misma Perpetua antes de morir, es uno de los testimonios más impresionantes y completos de las persecuciones romanas y del heroísmo de aquellos primeros cristianos. Su martirio fue en el año 203.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Adrián Acosta L., CM
0 comentarios