Con este día, el Miércoles de Ceniza, se cambia el ciclo litúrgico de Tiempo Ordinario a Cuaresma y Pascua. Cuarenta días hasta la Semana Santa en donde se nos invita, según la tradición cristiana, a ofrecer algún sacrificio a modo de preparar el alma para compartir un poco de la Cruz de Cristo.
El sacrificio requiere de voluntad, ya sea de contenerse de algo que nos cuesta trabajo dejar, o, al contrario, la voluntad de hacer o cambiar alguna conducta o actitud que también nos cuesta esfuerzo. En la medida que vamos dominando nuestras necesidades físicas y materiales, las ansias de inmediatez de lo que queremos, y somos capaces de pensar con conciencia antes de actuar por impulso, vamos dejándole lugar a la fortaleza de espíritu y conectándonos mejor con nosotros mismos, dejando a un lado el ego.
Desde hace siglos, la ceniza simboliza purificación, porque limpia y porque siendo lo que queda al final de un fuego, simboliza un nuevo inicio o una renovación. A partir de la ceniza, es decir, del reconocimiento de que no somos nada sin Cristo es desde donde podemos disponer un encuentro renovado con Dios, dejando atrás los vicios y pecados.
Por eso es importante hacer ayuno y sacrificios, son un modo de contención, de purificación, la muestra de arrepentimiento y buena voluntad de cambio. Es también un modo de solidarizarnos con Jesús y María hasta llegar a acompañarlos en la Pasión, Cruz y Resurrección.
El ayuno es más valioso de lo que creemos, nos unifica con toda la Iglesia que lo vive al mismo tiempo que nosotros, podemos desde él pedir perdón por los pecados, buscar el modo de poder perdonar las ofensas pendientes y a nosotros mismos. La Cuaresma es un buen tiempo para practicar las Obras de Misericordia, tanto las corporales como las espirituales, y en estos tiempos de pandemia hay un amplio campo de posibilidades; aprovechemos estas seis semanas para hacerlo.
Ojalá nos demos la oportunidad de vivir esta Cuaresma templados por algún sacrificio ofrecido, acompañada de oración que es la que nos da la fuerza de voluntad y obras de caridad en el servicio a los demás. Así viviremos con redoblada alegría la Pascua de Resurrección.
Erika Warnholtz C.,
Confraternidad de Escritores y Periodistas
Padrísimo artículo, nos ayuda a reflexionar sobre cómo debemos vivir la Cuaresma.
gracias y felicidades