Despierta el poeta dormido que hay en ti

por | Feb 2, 2023 | Formación, Reflexiones | 1 comentario

«A la casa de las palabras, acudían los poetas. Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los poetas y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas: ellas rogaban a los poetas que las miraran, que las olieran, que las tocaran, que las lamieran. Los poetas abrían los frascos, probaban las palabras con el dedo y entonces se relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras que no conocían, y también buscaban palabras que conocían y habían perdido. En las casa de las palabras había una mesa de los colores. En las grandes fuentes se ofrecían los colores y cada poeta se servía el color que le hacía falta: amarillo limón o amarillo sol; azul de mar o de humo; rojo lacre, rojo sangre o rojo vino…».

Esto escribió un día emocionado, Eduardo Galeano, aquel periodista uruguayo considerado uno de los escritores más influyentes de la izquierda latinoamericana. En 1999 fue galardonado en Estados Unidos con el Premio para la Libertad Cultural. Yo no soy poeta, pero amo el poder pensar en la «emoción recordada desde la tranquilidad». Gozo contemplando la vida desde las imágenes, los sonidos, los sentimientos, los colores… Me encanta ver el mundo desde otra perspectiva: ¡la del AMOR! Me gusta sumergirme en mi entorno y hacer de todo lo ordinario algo extraordinario. Me asombra saber que la creatividad que me ha sido dada por el mismo Dios, puede inspirar a otros. Me gusta —aunque pareciera extraño y medio loco— «ser» el otro y poder transformar en palabras mi ausencia, mi presencia, mi mundo y el mundo de los demás.

No hay duda: estamos hechos de poesía. Y esto simple y llanamente, porque estamos hechos a imagen y semejanza del gran Poeta que no se cansa de poetizar. Anímate y despierta ese poeta que hay en ti. Y no me digas que no lo hay, porque todos, absolutamente todos, tenemos un poco de locos, de poetas y de niños. Que el Santo Espíritu nos siga haciendo «locos vicentinos», para saber amar al hermano con la locura y la pasión del mismo Dios… «poetas vicentinos», para seguir expresando nuestros sentimientos, experiencias y emociones, como lo haría el mismo Jesús… «niños vicentinos», para dejarnos inundar de simplicidad, ternura e inocencia y poder así, alcanzar el Reino destinado a los pequeños, a los que quieren vivir la vida desde abajo. Que así sea.

Martha López,
Confraternidad de escritores y periodistas.

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1 comentario

  1. Sor Floridalia Noguera

    Me enccantó la alegoría de Eduardo Galeano, es un escritor exquisito que proclama las verdades y no duele tanto por el color y el sabor que tiene su palabra. Y esos frascos que guardan las palabras para la escogencia y esos colores en la mesa. No hay peor miseria y desgracia que nos bloqueen la palabra, que se nos niegue a expresar, vociferar, proclamar, comunicar, escribir y publicar. La palabra no puede estar encerrada, la voz no puede ser silenciada y la letra no puede ser ocultada, es lo que peor que nos puede pasar a los escritores, periodistas y poetas, y sobre todo si somos mujeres históricamente silenciadas y marginadas. Que se rompan pues los frascos y se deje en libertad a la palabra, flores y frutos del alma.

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