”Y la Palabra se hizo carne”
Is 52, 7-10; Sal 97; Heb 1, 1-6; Jn 1, 1-18.
Por fin se terminó la espera. ¡Hoy es Navidad! El “Dios con nosotros” se manifiesta, la Palabra se hizo carne y puso su tienda entre nosotros. Ciertamente evangelio de hoy afirma que “nadie ha visto a Dios jamás”, pero también nos dice que a eso viene precisamente Jesús: a darnos a conocer el amor del Padre. El
Padre nos muestra su gloria a través del Hijo.
Y el Emmanuel se manifiesta como la luz que las tinieblas se niegan a recibir, luz que transmite vida a los hombres y que nos anima a preguntar: ¿Dónde está esa luz? Lamentablemente hemos perdido de vista que está en cada uno de nosotros, bautizados en la fe de la Iglesia, la hemos recibido el día de nuestro bautismo y ha sido tomada del Cirio Pascual (Luz de Cristo). ¿Cómo está tu luz? ¿Está apagada? ¿Se está extinguiendo? ¿Brilla intensamente?
Pidamos al Niño Dios que renueve en nosotros esa luz inextinguible que nos ilumina durante esta vida pero que también se proyecta hacia la eternidad para seguir iluminando nuestras vidas, ya no en un plano terrenal sino en otra forma de vida plena. Ahí en donde no se necesita la luz del sol ni de la luna porque es el Cordero quien ilumina todo (Ap 21, 23).
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Alonso Palafox Tejeda
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