“Alégrate, llena de Gracia…”
Is 7, 10-14; Sal 23; Lc 1, 26-38.
Dios siempre toma la iniciativa. Hoy vemos cómo el Ángel Gabriel se le revela a María para encomendarle la gran misión de ser la vía para que el Verbo se haga carne. Y ante las iniciativas de Dios, el hombre tiene sólo dos opciones: acoger o rechazar el llamado.
¿Qué pasa con el “sí” de María? Pues que pone en riesgo aún la propia vida y ella lo sabe. Y sabiéndolo, confía en la providencia de Dios. Ella sabe que rechazar la propuesta de Dios es mucho más fácil y le causaría menos problemas.
¿Qué hubiese sido de la vida de María? Rutina, casarse, tener hijos, vivir en una aldea hasta morir. Con valor decidió aceptar una vida llena de aventuras y de dificultades, con momentos de dolor, sí, pero también con otros llenos de inmenso gozo.
Que en este adviento, a semejanza de María sepamos decir “sí” a los proyectos de Dios en nuestras vidas. No por compromiso ni con desgano, sino más bien con alegría y entusiasmo. Entender que es el poder de Dios el que actúa en nuestras vidas, que tendremos “viernes de dolores” en el camino pero que solo así llegaremos a la gloria de la Resurrección. El Señor nunca se deja ganar en generosidad, solo requiere que le digas que “sí”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Alonso Palafox Tejeda
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