“¿O tenemos que esperar a otro?”
Is 45, 6-8. 21-25; Sal 84; Lc 7, 19-23.
Una de las razones por la cual el ser humano sufre constantemente es porque espera mucho de los demás. El pueblo está en adviento, espera al Mesías y los discípulos de Juan preguntan a Jesús si es él quien ha de venir o si la espera se prolongará.
Nosotros también esperamos de todos; tal vez esperamos mucho de los demás y a veces perdemos de vista que el ser humano está envuelto en debilidad y falla constantemente. Miente para obtener lo que quiere y promete para lograr un propósito. Invariablemente tus amigos, tus compañeros de trabajo, tus conocidos, tu familia, en ocasiones te van a fallar. Y esto es una condición del ser humano, es parte de nuestra fragilidad al estar envueltos y debilitados por el pecado.
Solo uno es el que no falla. ¡Sí, adivinaste! Aquel cuyo nacimiento esperamos durante este Adviento. Solo Jesús es fiel y no falla en ningún sentido, nadie que pone su propósito en Él se verá defraudado. Ha entregado su vida como rescate por mí y por ti.
¡Qué no está dispuesto a hacer Jesús por amor a ti! Pidamos a Dios sabiduría de corazón para reconocer en Jesús al Mesías que estamos esperando no para esta Navidad, sino para esta vida. Aunque se escandalicen los demás.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Alonso Palafox Tejeda
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