Y si en algo defraudé a alguien, le devolveré cuatro veces más.
San Lucas 19,8
Cuando confiamos y creemos en Jesús, nuestra vida debe dar un giro de 360° a lo que antes éramos. Encontrarnos con Él significa además de aceptarlo en nuestra vida, ser mejores seres humanos, actuar en base a su palabra. Adicionalmente de leer y escuchar los evangelios, debemos ser practicantes y testimonios de ellos, dándole un sentido diferente a nuestra vida. Haciendo ver a los demás que somos verdaderos cristianos, que Jesús transformó nuestras vidas y que a diario está en nuestros corazones por nuestras acciones. Si observas que oras sin ver cambios en tu persona, espera y persevera porque Dios está haciendo su obra en ti a cada segundo aunque no se dé rápidamente. No puedes hacerlo tú sólo, necesitas de su poder para hacer la transformación en ti, ya sea en tu carácter, alguna adicción o males que quieras dejar. No hay nada absolutamente que Él no pueda transformar para bien y gloria suya, para Él todo es posible si creemos.
Debemos ser portadores de ese amor de Dios, llevar esa comunicación cristiana a otros, ser reflejo suyo. Actuar como Él con nuestros hermanos, con las personas que nos ofenden, ser solidarios con el prójimo, los ancianos, los más necesitados, enfermos, en nuestros aportes a la iglesia y a los evangelizadores. Ser diminutos ante Jesús al encontrarnos con Él, como lo hizo Zaqueo, despojándonos no solamente del apego a las riquezas, sino también de la calidad de tiempo que hemos robado para estar con Dios; así como con nuestros hijos, familia, amistades que nos necesiten, asistiendo a la iglesia, el tiempo que desaprovechamos en nuestros trabajos o en nuestro tiempo libre, e invertir cuatro veces más en cada una de las cosas que hemos faltado.
Aprovechemos al máximo las bendiciones que nos regala Dios, tanto espirituales como materiales, invirtiendo de manera adecuada el tiempo y recursos, consultándole a Él cómo estamos administrando lo que nos regala día a día para hacerlo provechosamente.
Darle un sentido a su presencia es hacer un mundo mejor, llevando a otros ese mensaje de amor que es Jesús. Él ya venció al mundo, por lo tanto podemos ser reflejo suyo, ya que fuimos creados a imagen y semejanza suya.
Oración: Señor Jesús hoy quiero pedirte que así como venciste al mundo, sea tuya la victoria en mi vida, en mi pasado, mi presente y mi futuro. Ayúdame a cambiar lo que no puedo cambiar, perseverar en oración y esperar en ti, sabiendo que aunque lo que estoy esperando no se dé inmediatamente, tú estás obrando en mi vida a cada segundo. Que sea capaz de dar “cuatro veces” más de mí con mi testimonio de amor, comunicando a otros tu mensaje y reflejando en mí tu presencia. Amén.
Michelle Alexander
Confraternidad de escritores y periodistas Vicentinos.
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