Fe es creer aunque no veamos, es el descansar en Dios a ciegas, esperando un imposible por parte de Él sin ver nada en ese momento, eso es creer y confiar, ese es nuestro esperar en Dios. Por fe Abraham recibió ese hijo de Sara y era más que un imposible para ellos que se realizará lo que Dios les había prometido.  Si por Adán vino el pecado y del pecado la muerte, por Jesucristo vino la vida, la gracia y en abundancia porque ya somos salvos por Él y Él todo lo puede.

Si bien es cierto, muchas veces pensamos que oramos y nada está pasando o que no estamos siendo escuchados, Dios a cada segundo de nuestro respirar trabaja en nuestras vidas, pidiéndonos y abrazándonos; y en su tiempo y a sus ojos está pasando justamente lo que Él quiere que pase en nuestras vidas. Nuestra fe le agrada a Dios y Él actúa a favor nuestro y en los que en Él esperamos. Aunque lo que estemos viviendo sea muy difícil, hay que seguir confiando sin desanimarnos, sin fijar nuestra atención en las circunstancias. Seguir creyendo en lo que Dios esté haciendo a nuestras espaldas, no a las voces que llegan a nosotros para hacernos creer que estamos haciendo algo malo o estamos siendo castigados porque le pedimos algo a Dios y no nos responde al instante. Dios nos ama infinitamente y nos quiere dar todas las bendiciones que tiene para nosotros porque Él vino para darnos vida y vida en abundancia.

No es lo que no tenemos aún, sino lo que está,  y es la manifestación tan grande de amor por parte de Dios lo que más vale; transformándonos para ser las personas que Él quiere que seamos, quitándonos el vestido viejo para ponernos uno nuevo. No hay tesoro más hermoso que le podamos dar a Dios que nuestro propio testimonio, nuestra vida y fidelidad, nuestra voluntad por la suya, ese es el verdadero cambio de amor en nosotros. Que seamos siempre reflejos de que Él vive dentro de nuestros corazones, dejando atrás cualquier pasado trágico o errores que hayamos cometido. Caminemos siempre en fe, porque siempre lograremos con la ayuda de Dios alcanzar nuestras metas, siempre cuando pensemos que más lejos esté la victoria, Dios siempre vence sobre nuestras vidas.

Fe es poder amar profundamente a Dios y sentirlo a Él, nunca olvidemos que para vivir una vida acorde a su voluntad, Él siempre debe ser el No.1 en nuestras vidas. Como me dijo un ángel un tiempo atrás “El buen soldado se conoce en el campo de batalla; y el santo se hace en el amor y la fidelidad a Dios en medio de llantos y persecuciones”.

Oración: Hoy quiero pedirte Jesús que aumentes mi fe para que pueda estar por encima de todo lo que no puedo ver desde mi humanidad. Sé mi amparo, mi baluarte y mi bastón en mis noches frías. Ayúdame a seguir confiando cada día más para que mis fuerzas estén cimentadas siempre en ti, sabiendo que nada ocurre en mi vida sin tu consentimiento y absolutamente todo está permitido para mi propio bien. Amén.

Michelle Alexander
Confraternidad de escritores y periodistas Vicentinos.