“Auméntanos la fe”
Tit 1, 1-9; Sal 23; Lc 17, 1-6.
La fe en Jesucristo debería llevarnos a cambiar la realidad que vivimos hoy, esa realidad que no nos gusta. Hay que quitar todo aquello que la hace fea y tirarlo al fondo del océano, donde no estorbe ni haga daño. Entre las cosas más dolorosas que tenemos en nuestro entorno se encuentran el coraje, el rencor, el odio, la envidia… porque afectan las relaciones humanas e impiden el encuentro con el otro.
Cuando alguien afecta nuestros intereses, es decir, cuando le pega a nuestro egoísmo, lo primero que surge es el deseo de venganza, que es de origen humano; pero nosotros tenemos la capacidad de perdonar, cosa que es de origen divino, y podemos hacerlo porque hemos recibido el Espíritu Santo en nuestro bautismo.
Para que esta capacidad que nos ha regalado Dios se manifieste, necesitamos aprender a ver las cosas desde los ojos de Dios, aprender a verlas desde la fe. Si aún no podemos hacerlo, miremos aquella hermosa oración del evangelio de hoy: “Creo Señor, pero aumenta mi fe”, y conforme nuestra fe vaya creciendo, comenzaremos a ser verdaderos testigos de Cristo y dejaremos de ser motivo de escándalo para otros, especialmente los más pequeños.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Alfredo García Rendón
0 comentarios