“Quien es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho”
Flp 4, 10-19; Sal 111; Lc 16, 9-15.
Jesús sigue instruyéndonos sobre cómo utilizar los bienes; ahora insiste en el uso del dinero. Buscar tener un buen trabajo, una casa bonita y la capacidad de dar a los hijos una buena educación, es algo natural y lograrlo es una bendición de Dios. Pero para que esta bendición sea plena, nosotros debemos ser agradecidos, y la manera de agradecer a Dios es compartiendo con los demás, no queriendo acumular, porque la consecuencia será que después tendremos miedo de perder lo que hemos ganado.
Siempre hay que tener en cuenta que la riqueza es espada de doble filo: así como puede ayudarnos a “hacer depósitos en el banco del cielo” cada vez que ayudamos en una buena causa, también puede llevarnos a la idolatría del dinero. Para que esto no suceda debemos tener siempre presente aquel refrán que dice: “Dios no se deja ganar en generosidad”. Si nosotros compartimos lo poco que hoy tenemos, Él lo seguirá multiplicando, es decir, nos dará mucho más, pues sabrá que lo utilizaremos para la construcción de su Reino en la tierra.
Señor te pedimos la sabiduría para saber utilizar adecuadamente los bienes que nos has confiado.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Alfredo García Rendón
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