El Reino de Dios termina en el Perdón

por | Nov 2, 2022 | Confraternidades, Formación, Reflexiones | 0 comentarios

Te aseguro que HOY estarás conmigo en el paraíso,
Lucas 23, 43.

El amor de un niño no tiene límites, no mide si hemos hecho bien o mal, simplemente sigue amando.  Se puede molestar si le llamas la atención o si él considera que hemos sido injustos, pero luego al rato se le olvida y está como si nada, feliz y en paz, sin que nada le turbe. Así como este amor, Dios quiere que amemos a nuestro prójimo y aquellos que nos han hecho daño en un momento dado.

Jesús no expulsa ni aparta al pecador, sino que nos lleva nuevamente al perdón y a la misericordia.  Debemos sentir el perdón, perdonar y ser perdonados para abrazar la gracia de Dios, un camino nuevo para una transformación en nuestras vidas. Él nos envía a amar, a servir a su iglesia, siendo la iglesia nuestras familias, amistades, la comunidad; que seamos los últimos, servir sin obtener privilegios. Reconocer nuestras debilidades, aceptar nuestras culpas, dejar el orgullo, la soberbia a un lado y más aún renunciar a dolores o resentimientos por faltas pasadas.

El perdón es algo sobrenatural, sin duda no podemos hacerlo solos sin el poder de Dios. Es imposible, solo estaríamos cargando con continuas cruces de dolor, rencores, resentimientos y por ende sufrimientos al recordar aquellas situaciones que rompieron en un momento dado nuestros corazones y nos hicieron daño. Cuando aún tenemos estos sentimientos impresos dentro de nosotros, representan falta de perdón y aún no han sido sanadas las heridas. Muchas veces cuando pensamos que ya hemos perdonado, Dios propicia ocasiones para encontrarnos con ese pasado y revelarnos  que aún no hemos sido sanados y liberados porque vuelven todos aquellos sentimientos de angustia que nos trasladan al mismo lugar en que siempre hemos estado y aun no hemos salido.

La falta de perdón bloquea nuestras bendiciones, debemos perdonar así como Dios perdona nuestras ofensas, pero hacerlo con Jesús. Ir con Él de su mano a ese pasado doloroso, preguntárselo y decirle que perdonamos y bendecimos a esa persona que nos hirió tanto, si es necesario hacerlo diario hasta que ya aquel sentimiento ya no esté. Perdonar no significa olvidar, sino superar aquel recuerdo doloroso por aquellos buenos pensamientos que nos llevarán a orar por aquella persona que nos lastimó. El amor de Dios sana y es misericordioso, lo que nosotros consideramos lejos, para Dios es HOY. Él puede llevarnos hoy mismo al paraíso, por eso es tan importante perdonar y seguir adelante, solo así podremos tener paz y amor de Dios en nuestros corazones.

Él en su muerte en cruz junto al ladrón lo perdonó tras arrepentirse, diciéndole que ese mismo día estaría con Él en el cielo, “SU REINO TERMINÓ EN EL PERDÓN”. Su amor es infinito y tan inmediato su perdón, Él no quiere dejar a nadie por fuera, por eso es imprescindible que guardemos nuestros corazones, manteniéndolos siempre con sentimientos y recuerdos de paz y alegría.

ORACIÓN: Señor Jesús te pido que sanes y liberes mi corazón por toda falta de perdón. Hoy te quiero presentar aquella persona y circunstancia que causaron tanto dolor a mi corazón, yo la perdono y la bendigo para que también pueda conocer tus gracias, bendiciones y recibir al Espíritu Santo en su corazón para que también así pueda alcanzar la salvación de su alma y pueda sentir tu infinito amor a través de nuestro perdón y misericordia. Amén.

Michelle Alexander
Confraternidad de escritores y periodistas Vicentinos.

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