“No se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir”
Ef 1, 15-23; Sal 8; Lc 12, 8-12.
¿Alguna vez hemos tenido miedo de defender a alguien que está sufriendo una injusticia?, ¿nos hemos quedado paralizados por no saber qué decir para defender a una persona desamparada?
Cuando se obra en favor del amor, la justicia, la verdad y la dignidad, el Espíritu Santo es quien enseña en esos momentos lo que se debe decir.
Podremos tener delante a mucha gente que está en contra nuestra por hacer el bien, ¡no temamos! Tal vez estemos ante personas de mayor autoridad que nos presionan a obrar injustamente, confiemos en que la mayor autoridad viene de Dios y él nos ayudará a defender su mensaje de amor. Quizá estemos ante personas más preparadas que nosotros que nos ataquen o se burlen, tengamos la fe de que Dios nos dará las palabras para proteger lo que es correcto y santo.
Oremos como Sta. Juana de Arco: “Dulcísimo Dios, en honor de tu santa Pasión, te pido, a ti que me amas, que me reveles cómo debo responder…”.
Hoy y cada día… seamos defensores del amor, la justicia, la verdad y la dignidad; pues, aunque nos sintamos inseguros, el Espíritu Santo nos guiará.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Pedro Alejandro Salazar Aranda
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