“… Se les dará … encontrarán … se les abrirá”.
Gál 3, 1-5; Lc 1; Lc 11, 5-13.
¿Qué es lo mejor que se nos puede dar en la vida?, ¿qué es aquello que necesitamos encontrar?, ¿cuál es la mejor solución que se nos puede presentar ante nuestros problemas?
Jesús insiste en dejar claro a sus discípulos que la oración es efectiva cuando se persevera en ella, y propone hacerlo a través de tres acciones:
- ¡Pidan! Pidamos con fe lo que más conviene para nuestro bien y el de nuestros
- ¡Busquen! Busquemos aquello que haga crecer nuestra caridad.
- ¡Llamen! Llamemos para que se abran nuevos caminos de
Clarifiquemos lo que en verdad necesitamos pedir, ordenemos las prioridades de la búsqueda y revaloremos los motivos por los que llamamos. Porque la oración es “un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor, tanto en los momentos de dificultad como en los de alegría” (Sta. Teresa del Niño~Jesús).
Hoy y cada día… oremos con insistencia, sabiendo que a la luz del Espíritu Santo se nos dará lo que necesitamos, hallaremos lo que hemos perdido y se nos abrirá la mente y el corazón.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Pedro Alejandro Salazar Aranda
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