“Publicanos y pecadores se sentaron a la mesa”
Ef 4, 1-7. 11-13; Sal 18; Mt 9, 9-13.
Los publicanos o recaudadores de impuestos fueron personas que “compraban” o “arrendaban” una delegación jurisdiccional, para cobrar los impuestos de la región y enriquecerse de los intereses o comisiones que cobraban sobre los impuestos. Eran gente rica que se encargaban de las construcciones, de la recolección de cosechas, liquidaciones de herencias, quiebras, compra~ventas, traspasos de mercancía, etc. Eran personas despreciables que se enriquecían a costa de los pobres cobrando impuesto sobre impuesto, arrebatando a los pobres sus cosechas y dejándoles menos del 30% de todo lo que habían trabajado. Enemigos de los judíos, sus hermanos, por sumirlos en la pobreza y entregarle todo al Imperio Romano.
Alguien como ellos fue Mateo, aquel que redactó en su evangelio una obra de arte: un relato con exquisitos recursos literarios, donde se presenta a Jesús como mesías de los judíos, redentor de paganos e Hijo de Dios.
Nunca subestimemos los alcances de la sobreabundante gracia divina que se derrama aún sobre quienes se consideran perdidos.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Carlos Regino Villalobos E. C.M.
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