El pasado 26 de Julio, fiesta de San Joaquín y Santa Ana fue un día grande para toda la familia que conforma el H. Residencia San Julián y San Quirce de Burgos (España), más conocido como Residencia Barrantes.

Después de tanto tiempo, más de dos años, pudimos reunirnos todos: ancianos, trabajadores, familias, comunidad de Hijas de la Caridad para dar un merecido homenaje a todos los Mayores y realizar una Acción de Gracias.

Celebramos la fiesta de los abuelos y ellos, junto con sus nietos, fueron los protagonistas del día y el centro de toda la actividad.

Empezamos el día con una bienvenida para todo el que se acercaba a la Residencia: poesías, cantos, música, saludos, abrazos…

Una bonita y cuidada Eucaristía nos reunió en torno a la fe, tan importante para nuestros Mayores. Abuelos y nietos fueron protagonistas de la misma, tomando parte activa su preparación. Dejaron atrás dolores, achaques, limitaciones. Cada uno aportó su don: la voz con las lecturas, las manos con las ofrendas, la emoción del compartir con la familia. Todos le pusieron mucho corazón y emoción a su participación.

Hubo tiempo para la risa y la diversión con diversos juegos y relatos por parte de los abuelos, cuyas experiencias de vida, fueron toda una enseñanza para los nietos.

Los nietos, por su parte les correspondieron colaborando en los juegos, en la escucha y en la ayuda.

Juntos se sentaron a la mesa para compartir la comida. En nuestro jardín, se creó un ambiente de familia y de alegría precioso.

Durante toda la jornada diferentes familiares de los abuelos, verdaderos artistas, les agasajaron tocando diferentes instrumentos y tampoco faltó la merienda compartida.

Todos necesitábamos este día, después de tanto tiempo y de los duros momentos vividos durante la pandemia, a los que hubo que hacer obligada mención por los recuerdos y emoción que brota. Una planta ofrecida en la Eucaristía y plantada en nuestro jardín, recuerda a todos los mayores que han vivido estos momentos: a los que están en la Casa y a los que ya no están. Significa la vida y la esperanza.

Con este día, se ha querido homenajear a los ancianos,  por su resistencia, fuerza y ejemplo durante estos difíciles momentos en los que los protocolos que nos iban llegando se alejaban de la humanidad para con ellos. Queremos que se les valore y que sean VISIBLES para esta sociedad a la que tanto han aportado, aportan y aportarán.

Una acción de gracias también a todos los trabajadores de la Casa que tan duramente han trabajado y han acompañado a los ancianos en estos duros momento,  que en ocasiones han tenido que pasar sin el aliento de sus seres queridos. Acción de gracias también a la comunidad de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl que con tanto cariño les han cuidado, sonreído con la mirada e incluso hasta abrazado cada día.

No faltaron momentos emotivos recordando a todos aquellos que ya no están con nosotros y que desde el cielo celebraron porque si algo caracteriza a la Obra de Barrantes y queremos resaltar es  la humanidad en el cuidado. El amor y la dignidad de los ancianos son la prioridad en todo momento.  Y, en estos momentos tan difíciles que nos toca vivir,  queremos ser la voz de muchos ancianos invisibles que se merecen su sitio en la sociedad actual.

Familia Residencia Barrantes (Burgos)