“El amor del Señor llena la tierra”
1 Cor 1, 17-25; Sal 32; Mt 25, 1-13.
Hoy Jesús nos habla de 10 doncellas en espera del esposo: cinco sensatas y cinco necias las cuales, de tanto esperar, se duermen y cuando viene el esposo se quedan sin aceite. Las sensatas, que llevaban aceite extra, no lo comparten, pues podrían necesitarlo; las necias tienen que ir a comprarlo y, cuando regresan, se quedan fuera del banquete.
La primera vez que escuché este pasaje pensé que la actitud de las doncellas sensatas había sido muy egoísta al no compartir su aceite. Pero si pensamos que el banquete del novio es el banquete celestial y si estamos conscientes de que al partir de este mundo no nos llevaremos nada más que nuestras obras, entonces queda claro que, aunque hubieran querido compartir, no podían, pues cada quien va llenando su botella de aceite con sus acciones. Por eso la invitación a permanecer alertas.
Los santos suelen ser personas que caminan atentas, buscando la luz de Jesucristo y, cuando la encuentran, su vida se transforma.
Señor, que tu Santo Espíritu me permita reencontrarme contigo acumulando aceite en mi lámpara y pueda decir, como San Agustín: “Tarde te amé Hermosura tan antigua y tan nueva…”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Hilario Sarabia Granados, diácono permanente
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