“¿Son capaces de beber la copa que yo he de beber?”
2 Cor 4, 7-15; Sal 127; Mt 20, 20-28.
San Mateo, en el Evangelio nos presenta un episodio muy desafiante. Los Zebedeos (Santiago y Juan), que eran de los primeros discípulos, los que más habían convivido con Jesús y que más lo habían oído hablar del Reino de Dios, permiten que su madre, interesada por ellos y su futuro, le pida a Jesús los primeros lugares de su reino para sus hijos, como si se tratara de un puesto político que se consigue por medio de influencias.
A veces nos puede pasar querer rebajar a Jesús o a su Reino a nuestros horizontes “chatos” que no nos dejan ver más allá de nuestra cara; lo queremos limitar a nuestras medidas.
Pero él los (nos) vuelve a la realidad: al Reino se llega a través del cumplimiento de la voluntad de Dios y de pasar primero por el seguimiento de Jesús y por la cruz. Les recuerda a quién van siguiendo: a alguien que tuvo que beber el cáliz que el Padre le presentaba y que, a pesar de lo que le costará, en un gran acto de adoración y amor, le dirá: “Que no se haga mi voluntad, sino la tuya”, aceptando todas las consecuencias.
Señor, ayúdanos a elegir el proyecto del Padre antes que el nuestro. Como lo hiciste Tú y como lo hizo María..
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silvia Bermea Ordóñez HC.
0 comentarios