“Vengan a Mí todos los que están cansados y agobiados y yo los ayudaré”
Is 26, 7-9. 16-19; Sal 103; Mt 11, 28-30.
En este trozo del evangelio Jesús muestra su compasión por los que se sienten cansados y agobiados por una carga pesada o una preocupación grande, y les ofrece su ayuda. Esto es una gran oportunidad para darnos cuenta que no estamos solos, que Jesús está con nosotros, que lo tenemos siempre a la mano.
También dice: “Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón y encontrarán descanso”. Jesús quiere que aprendamos que el ser mansos y humildes de corazón, es decir, el ser dueños de nosotros mismos y no sentirnos por encima de los demás, sino iguales a todos, dará descanso a muestras vidas, a nuestro corazón, porque eso nos hará tener una buena relación con él y con los demás.
Nos dice que carguemos su yugo porque es suave. El yugo es algo que se carga entre dos y Jesús nos dice que es suyo, así que por eso es suave, porque no lo llevamos solos. Él lo carga junto con nosotros.
Jesús manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silvia Bermea Ordóñez HC.
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