El tiempo transcurre y el trabajo Vicentino continua su rumbo sin descanso. Entre desafíos aprietos y desenlaces en medio de una pandemia que no cesa, no se ve un cambio, no hay una luz que nos indique algo diferente, más que para conocer la luz que se genera al final del túnel pero, la esperanza de caminar juntos en este tramo, nos da muchas pautas.

Esta vez estamos listos para un nuevo reto. Luego de aceptar la invitación del padre Juan Carlos Martínez CM, continuador de las misiones en aquella zona vulnerable de la ciudad de Guatemala, quien hoy en día es él quien tiene a su cargo llevar la estafeta de este nuevo viaje encaminado por su predecesor Juan Camarena CM, quien a su vez ha dejado cimentado un trabajo extraordinario, sus colaboradores parroquianos de los sectores de “La Betania”  cada día sorprenden. La Parroquia San Vicente de Paúl no es como otras parroquias a las que hemos apoyado pero podemos opinar que estas misiones a las que ellos están acostumbrados, son los proyectos a los que la Conferencia Santa Luisa de Marillac de Sociedad San Vicente de Paúl entretienen.

Luego de compartir una tarde de café con pan, entre pláticas y risas, comentaba Juan Carlos como le llamamos las necesidades de su nueva misión, a la vez que nos extrañábamos por todo este tiempo que estuvimos alejados aunque estemos en el mismo país. Mientras las horas transcurrieron y bajo una lluvia torrencial, empezaron a llegar los colaboradores de Las Santas Misiones, catequistas y parroquianos para que juntos pudiésemos ir a la acostumbrada visita domiciliar y de enfermos al área de trabajo. Esta vez al Asentamiento  Dios Es Fiel, Anexo Kjell Laujerud, ubicado debajo del colosal y famoso puente El Naranjo zona 07 que une a la ciudad de Guatemala en dirección sur a norte y viceversa al anillo periférico ¿Quién puede imaginarse que cerca del reconocido Condado Naranjo, un sector muy acaudalado, pueda existir este tipo de carencias? Pues sí, sí existe y no podemos dejar desapercibido pasar por este puente y, con tan solo echar un vistazo atreves de la ventana del auto, los techos visibles al fondo del barranco de casitas humildes y con un cúmulo de sueños por cumplir.

Hemos obtenido información necesaria y las condiciones económicas de las familias son precarias. Ahora hemos unido esfuerzos por tratar de solventar cosas básicas, aunque la parroquia ha iniciado por la evangelización, atención de enfermos, apoyo en obtención de agua potable, nuestra visión Vicentina va mucho más lejos. Trataremos en lo venidero acompañar al menos a otras 350 personas de la gran urbe de la ciudad, alojadas acá, aunado a las 300 personas dispersas en otros proyectos que ya posee nuestra conferencia. Solo tenemos claro que en este lugar hay que resolver casos relacionados con la pandemia aún existente de COVID-19, incidencia de niñas en estado gestante, enfermedades crónicas de adultos mayores, atención a viudas, acceso a servicios básicos de agua potable municipal, entre otros.

Monitoreando los medios de comunicación nos enteramos que durante el cierre por pandemia las familias salían a la carretera a inmediaciones del colosal puente con una banderita blanca a solicitar ayuda o a “Banderear” y que recibían raciones de comida una vez al día, mientras los varones de casa tuvieron que ir a los lugares inhóspitos del mercado “La Terminal” o a las avenidas del Centro Histórico de la metrópoli a limpiar vidrios de los pocos vehículos que circulaban para recibir una pequeña limosna; sin embargo, su puerto feliz se encuentra en la Parroquia San Vicente de Paúl quien los ha acogido.

Gracias a las acciones estaremos dando seguimiento y “Daremos la Vuelta a la Medalla” tratando de “Unir al mundo en una red de caridad”. En conjunto con la “Asociación Voluntarios por Amor” tendremos un primer acercamiento integral coordinando una jornada médica, taller de elaboración de comida saludable y de emprendimiento, talleres para niños con el famoso Mago Jean (Franco Ortiz), raciones de alimentación para perros y gatos del sector, identificación de necesidades prioritarias por resolver, entre otras.

Así van transcurriendo nuestros recorridos llenos de empatía, amor y caridad, con la esperanza de tener un mundo mejor para todos en donde las incomprensiones de nuestro tiempo nos lleven a resolver los pensamientos del porqué estamos como estamos y, así, unirnos cada vez más por los esfuerzos de terminar con el asistencialismo que tanto enmascara el rostro de Dios, el mismo que nos ha prometido su fidelidad, aún en situaciones paradójicas como estas.

Mario Andrez Gutiérrez Hernández.
Conferencia “Santa Luisa de Marillac”, SSVP, Guatemala.